¿Qué pasa si tomas alcohol antes y después de la vacuna del Covid-19?

Expertos se ponen de acuerdo en la posible interferencia del consumo de alcohol con la efectividad de las distintas pautas de inoculación frente al coronavirus.

Javier Martín

La variante Delta y la quinta ola de la pandemia de coronavirus que acechan a España en pleno verano redoblan la importancia de la vacunación frente al Covid-19, cuyo porcentaje nacional alcanza ya el 60% del total de la población. Un motivo de alegría, el de recibir la pauta de inoculación frente al organismo que ha generado una de las peores crisis sanitarias de la historia mundial reciente, que lógicamente puede significar motivo de celebración.

En este sentido son muchas las personas que se preguntan si pueden tomar alcohol después de suministrarles la vacuna contra el coronavirus y en caso de tomar, que consecuencias puede tener sobre el organismo.

¿Qué pasa si bebes alcohol antes y después de la vacuna? 

Primeramente, es debido subrayar que no existe estudio ni ensayo clínico alguno que demuestre la posible influencia del consumo de bebidas alcohólicas tras recibir la vacuna contra el Covid-19. Pero sí está comprobado que el alto y prolongado consumo de alcohol empeora el sistema inmunitario, reduciendo su efecto de activación en la producción de anticuerpos frente al coronavirus que pretende la vacuna.

"El alcohol genera reacciones en el organismo que nos provocan una serie de barreras, ya que el hígado está ocupado en procesar el alcohol en lugar de hacer su función”, explica la doctora en biología molecular Marina Mateu, basándose en que “nuestro organismo tiene un sistema propio de hacer frente a reacciones que el alcohol nos bloquea". 

Asimismo, la Sociedad Española de Inmunología acalla el mito de que el consumo moderado, tanto de alcohol como de drogas, por pequeño que sea, pudiera tener un efecto inmune positivo: “Que no afecte negativamente al sistema inmunitario no es sinónimo de salud (hay muchos efectos secundarios muy dañinos)", explican. Misma línea en la que se muestra la profesora e inmunóloga, Sheena Cruickshank, que afirma que beber alcohol la noche de antes o después permite el funcionamiento al 100% del sistema inmunológico, pudiendo afectar en el correcto rendimiento de la vacuna.

Alcohol y la vacuna del COVID-19

La nación más grande del mundo, Rusia ya prohibió a sus ciudadanos consumir alcohol antes y después de la inoculación de su vacuna Sputnik V. De hecho jefa sanitaria rusa, Anna Popova ordeno la prohibición de beber alcohol durante 56 días una vez puesta la vacuna. "Ni antes, ni después, ni durante. Simplemente, nunca y en ningún caso", dijo la jefa sanitaria del gobierno Soviético. Este hecho da de que pensar sobre consumir alguna bebida alcohólica mientras dure la vacuna en nuestro organismo y sobre si el restos de vacunas Pfizer, Janssen, AstraZeneca o Moderna debieran seguir estos pasos.

Una vez conocida la teoría de que el alcohol, o cualquier sustancia tóxica para el organismo, no es buena en todo el sentido de la palabra, hay que trasladarlo a la práctica, donde expertos también coinciden en no llevarlo al absolutismo.

“El alcohol se metaboliza a través del hígado y la respuesta inmunológica de la vacuna suele ocurrir en los órganos linfoides periféricos. Se trata de una cuestión de metabolismo”, afirma Sergiu Padure profesor de Inmunología en la Universidad CEU San Pablo y especialista en inmunología en el Hospital Gregorio Marañón tratando de justificar que, en pequeñas cantidades y en un consumo esporádico, no debería afectar a la generación de anticuerpos en los que incide la vacuna.

También alude a la diferencia de acción de ambos procesos, ya que la vacuna acude directamente al torrente sanguíneo, Lorenzo Armenteros, portavoz Covid-19 de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia: “El alcohol tiene el mismo recorrido que un alimento. Por tanto, no habría elementos comunes que puedan afectar a la inmunidad, cuyo proceso es paulatino una vez recibida la vacuna”.

En conclusión, y a pesar de la reflexión que vertió a EFE Marina Mateu, enfermera y doctora en biología molecular, sobre la costumbre a atender las difusas indicaciones en tiempos de pandemia (“con el alcohol y las vacunas no hay esa receta, así que hay que ser prudente”, "no hay evidencia de que el alcohol reduzca la formación de anticuerpos", en palabras de Richard Watkins, médico de enfermedades infecciosas y profesor de medicina interna en la Universidad Médica de Northeast Ohio.

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