El cambio de hora en octubre para adaptarse al horario de invierno es inminente. Concretamente los relojes se retrarán entre la noche del próximo sábado, día 30, a la madrugada domingo 31. Por lo que a las 3:00 horas serán las 2:00. Una práctica, la del horario bianual, implantada desde 1918 en España y extendida posteriormente a Europa pero que a día de hoy continúa suscitando debate, no ya solo por motivos biológicos, sino también económicos.
Así, a la suspicacia del cambio de hora se une el de si este método es el más conveniente para el ahorro energético. Uno de los motivos por los que se sigue justificando esta costumbre, reforzada en teoría por los sucesivos récords que está marcando la factura de la luz, la más cara en la historia de España.
La explicación es simple: adelantando la hora se aprovechan más las horas de luz natural del sol, con la consiguiente reducción del uso de luz artificial y reduciendo el consumo. Así, además, se ajusta más eficientemente la salida del sol con la jornada del horario laboral. Pero a la hora de la práctica, ¿este cambio de horario es efectivo en la recibo eléctrico?
¿Cuánto se ahorra con el cambio de hora de octubre?
Según las estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), organismo público dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cambio de horario bianual conlleva un ahorro de unos 300 millones de euros anuales en España. De esa cifra, afirma el Instituto, algo más de 90 millones corresponden a hogares, que reducirían de media un 5% su factura de la luz.
En otras palabras, un ahorro de entorno a 6 a 7 euros por hogar y de 2,37 por persona. Los cerca de 210 millones restantes de ahorro provendrían de alumbrado público, sector terciario e industria.
Discrepancias de los expertos: un ahorro “mínimo”
A pesar de que el ahorro, sea mayor o menor y según el consumo medio o la zona geográfica es real, muchos expertos consideran que a la hora de la verdad, es “mínimo y muy discutible”. Lo afirma Ricardo Irurzun, de la confederación de Ecologistas en Acción, que cree que con la irrupción de la tecnología LED, la influencia se reduce: “podría tener sentido hace 40 o 50 años, cuando la iluminación representaba un consumo importante de energía”.
Aquellas empresas, industrias y comercios que se han acogido a tarifas de horario nocturno verán como su factura se mantiene invariable, por no hablar de los hogares. Las horas de luz solar en su domicilio se acortan en su mayoría. Pasará, generalmente, de anochecer a las 20 horas para hacerlo a las 18, por lo que al volver a casa habrá que hacer un mayor uso de la luz artificial. Algo que ciertamente no compensa a ese supuesto ahorro.
Por ello, diversos colectivos como el propio IDAE reclaman más medidas que el cambio de hora. Entre ellas, ejercer un consumo efectivo y responsable de luz y energía y gestionar métodos eficientes de iluminación y climatización, como los sensores de luz o el uso inteligente de la calefacción.
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