¿Es posible rechazar una pensión de incapacidad permanente en 2022?

La Seguridad Social puede declinar una pensión de incapacidad permanente a los trabajadores pero siempre que se sigan los siguientes pasos. Hay que tener cuidado para no cometer un fraude de ley.

Los pensionistas pueden rechazar la incapacidad permanente
Isabel Gómez

La incapacidad permanente es una pensión económica que otorga el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) a todos aquellos trabajadores en activo que, tras someterse a un tratamiento médico y recibir el alta, no pueden volver a incorporarse por completo al empleo que estuvieran realizando. Tras la decisión del Equipo de Evaluación de Incapacidades (EVI) de la Seguridad Social se otorga un grado de invalidez, pero hay muchas personas que lo rechazan. Pero, ¿esto es posible?

En primer lugar, hay que decir que no, no se puede renunciar de forma directa a una incapacidad permanente. Si el trabajador afectado recibe un grado de discapacidad determinado por la Seguridad Social, debe aceptarlo obligatoriamente. Sin embargo, se pueden dar algunas posibilidades para volver a la situación previa antes de enfermar, como se explicará más adelante.

La pensión por incapacidad permanente se divide en un total de cuatro categorías, dependiendo del grado de minusvalía que presente el enfermo. Así, la incapacidad parcial, total, absoluta y gran invalidez definen cuál es el porcentaje de discapacidad que muestre cada trabajador afectado. Entonces, si este no está de acuerdo con los resultados del Tribunal Médico del INSS, ¿qué debe hacer?

Pasos para rechazar una incapacidad permanente en 2022

Para que una persona pueda rechazar una incapacidad permanente, en el grado oportuno, es necesario que las limitaciones para trabajar hayan disminuido o desaparecido. Es decir, no se puede declinar la decisión médica primera, aunque se puede solicitar a la Seguridad Social una revisión si se siente mejoría o, incluso, que se cancele dicha pensión contributiva por el buen estado de salud.

Hay varias alternativas a la renuncia como son las siguientes:

Realizar una reclamación previa:
En primer lugar, el trabajador debería reclamar en contra de la resolución emitida por el EVI del INSS. Esta se debe hacer por vía administrativa, el mismo procedimiento por si se quiere luchar por la invalidez si se deniega. Por tanto, hay que acreditar las razones por las que no se desea percibir la ayuda económica, por ejemplo, si con la vuelta al trabajo de forma ordinaria la cuantía a recibir por un salario fuera mayor que la pensión.

Revisar por error:
Otra opción es exigir que se realice una verificación por error al no estar de acuerdo con el resultado. Para ello, hay que argumentar que el reconocimiento de la incapacidad permanente está completamente fundamentada en un planteamiento erróneo, el cual ha dado lugar al reconocimiento cuando no debería ser así. Por ejemplo, cuando una persona en un accidente laboral lucha por una incapacidad permanente total al haber quedado en silla de ruedas, pero solo le es concedida la parcial.

Revisión por mejoría:
Puede ocurrir que la persona beneficiaria de la pensión por dicha incapacidad se recupera y siente una mejoría en su día a día. Esta acción debería esperar, no es inmediata. Para pedir la revisión debe pasar un periodo mínimo para solicitarla. Cuando se concede, el pensionista pasará de nuevo por el Tribunal Médico, quien valorarán el estado de salud del solicitante. Si ha mejorado, podrá proponer al INSS que anule la mencionada ayuda contributiva.

¿Se puede ‘provocar’ la cancelación de una incapacidad permanente en 2022?

A bote pronto hay que decir que sí, aunque hay que tener mucho cuidado. Si el pensionista se arriesga a iniciar una actividad laboral incompatible con la incapacidad permanente que se le haya otorgado, la Seguridad Social puede tomar este hecho por dos vías:

  • O que el enfermo ha experimentado una mejoría y pone en marcha una comprobación por esta razón. Por tanto, se retiraría el cobro de la misma.
  • O que entienda que el trabajador no puede compaginar ese nuevo empleo porque es el mismo, por ejemplo, que lo provocó la discapacidad.

Si esto se llega a valorar, la situación sería un fraude de ley al INSS, en consecuencia, además de retirarse la pensión, puede obligar al ciudadano a devolver todas las mensualidades percibidas hasta el momento.

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