Llega el periodo vacacional y una de las solicitudes más frecuentadas por las empresas vuelven a ser las mismas: la posibilidad de aplicar la jornada laboral intensiva. ¿Por qué en verano? Básicamente, y primero de todo, por la actual ola de calor que abrasa a España, con temperaturas sobre los 40 grados centígrados en distintas ciudades.
De esta manera, se podría concentrar la jornada laboral a las horas de menos calor durante el día, por la mañana, en lugar de acudir a la hora normal de entrada, realizar una parada para comer, que normalmente suele ser de en torno a dos-tres horas, y volver a trabajar por la tarde. Esta última modalidad es la denominada jornada partida, caracterizada por ser más alargada y con pausas más largas.
Un ejemplo, a modo visual, de un trabajador con una jornada de ocho horas diaria:
- Jornada partida: de 9:00 h. a 14:00 h, dos horas para comer, y de 16:00 h. a 19:00 h.
- Jornada intensiva: de 7:30 h. a 15:30 h. con el descanso preceptivo de quince minutos.
¿Qué ventajas tiene la jornada intensiva?
También llamada jornada continua, se trata básicamente de realizar la jornada laboral del tirón, sin pausas más que las estrictamente necesarias y recogidas en el Estatuto del Trabajador (quince minutos cuando se superen las seis horas, que entra dentro del tiempo considerado como efectivo de trabajo). A parte de la mencionada de ajustarlas a las horas de menor calor, también se encuentran otras bondades de esta modalidad de jornada laboral.
Una de ellas es la conciliación personal y familiar. De esta manera, realizando todo el trabajo de una vez, se ‘gasta’ menos tiempo del día. No porque se trabaje más, ya que el tiempo trabajado efectivo debe ser el mismo en ambos supuestos, si no porque no es lo mismo acabar a las 16 horas que a las 18/19.
Ese tiempo de ir y volver se ahorra, pudiendo tener la tarde libre. Además, se ahorra el dinero de tener que comprar la comida en el trabajo, si fuera el caso. También para la empresa, que ahorra en costes de suministros. De hecho, el plus económico es general, ya que seguramente invertirá ese tiempo en ocio: compras, gimnasio, cine, restauración…
¿Cómo pedir la jornada intensiva en el trabajo?
El convenio empresarial o la carga y distribución laboral determinarán cuándo y cómo aplicar la jornada intensiva, que puede ser solicitada por el trabajador a su superior o responsable. Esta puede ser pedida tenerse todo el año, o solo durante unos meses o periodos.
¿Quiénes pueden, entonces, solicitarla? Puede ser aceptada y solicitada por trabajadores por cuenta ajena como por autónomos, aunque estos últimos suelen gestionarse su propio horario. Aquellos con contrato a tiempo parcial deberán considerar el cómputo anual de horas trabajadas.
Todo dependerá, además de los factores mencionados, cómo se regule en el propio contrato de trabajo y en el Convenio Colectivo, al ser la facultad de solicitar la jornada intensiva este derecho y sus obligaciones. Determinados convenios estipulan automáticamente jornadas intensivas para los meses de verano o los viernes, con tal de ‘alargar’ el fin de semana.
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