Iberia cancela la compra de Air Europa: negocia las condiciones de un nuevo acuerdo

Ambas aerolíneas han comunicado que rescinden el acuerdo alcanzado en 2019. La filial española de IAG abonará 75 millones de euros a la de Globalia en concepto de penalización y opción preferencial futura.

Iberia cancela la compra de Air Europa pero deja la puerta abierta al futuro
La filial IAG abonará 75 millones de euros a la de Globalia como penalización
Javier Martín

Iberia y Air Europa no volarán juntos. Al menos, de momento. La operación que iba a suponer la compra de la aerolínea propiedad de los Hidalgo por parte de Iberia, la filial española parte de International Airlines Group (IAG), se cancelará. Aunque se abre la puerta a retomarla en el futuro, cuando las condiciones económicas y sanitarias que dramatizan la pandemia de Covid-19 lo permitan.

Así lo ha comunicado de forma oficial la cúpula directiva de IAG a través de un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), confirmando que ambas partes ultiman la negociación de la rescisión del acuerdo alcanzado el 4 de noviembre de 2019 y modificado el 20 de enero de 2020, y que reducía el precio de la compra a la mitad, de los 1.000 millones de euros estipulados inicialmente a los 500 tras la imposición de las restricciones de movilidad. 

Una rescisión, sin embargo, que esconde miles de matices. De hecho, aprovechando la coyuntura, la postergación de la compra de Air Europa por parte de Iberia se observa como una oportunidad más que como una decepción para ambas. También para el Gobierno, interesado en la fructificación de la operación, aunque sea en diferido. De esta manera, se podrá redactar en términos consentidos por la Comisión Europea, que ya avisó de que no iba a dar su consentimiento sobre el acuerdo original, que condicionaría todo lo posible por su impacto en el sector aéreo. 

Iberia-Air Europa: compensación de 75 millones de euros

La derogación temporal de ese acuerdo inicial de compraventa por parte de ambas compañías conllevará el pago de una contraprestación por parte de Iberia a Air Europa en concepto de penalización. También servirá para evitar el bloqueo desde Bruselas, desde donde tanto IAG como Globalia, grupo turístico al que pertenece Air Europa, esperaban que impusiera condiciones inasumibles por el contexto actual de las aerolíneas, con pérdidas millonarias, y por un posible caso de monopolio.

De esta manera, Iberia ha ablandado a Pepe Hidalgo, presidente de Air Europa, ofreciéndole un anticipo de 75 millones de euros. Casi el doble de lo fijado en un principio, 40 millones, y con el que se guarda una opción preferente en forma de comodín por si se inmiscuyera un tercer actor interesado (se hablaba de Lufthansa) a la hora de retomar las conversaciones, esperadas para el mes de enero. Ese dinero que recibirá la compañía de los hermanos Hidalgo se invertirá en reforzar la caja y salvar un segundo rescate y se descontará del precio final si la operación acaba consumándose.

Dentro de este acuerdo pactado, también se ha establecido un plazo extra para que ambas compañías edifiquen los términos de la que se espera sea la definitiva operación, bautizado como ‘solución de continuidad’. Pero para ello necesitan luz verde de tres entidades, otro de los escollos del acuerdo inicial.

Estas son la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), del Instituto de Crédito Oficial (ICO), y el Banco Santander. Los dos primeros, gestionados por el Gobierno, prestaron más de 600 millones a Air Europa para evitar su quiebra y que todavía tiene que devolver. Iberia también recibió, en este sentido, 1.000 millones de euros del Estado, de los que el 25% (250 millones) fueron puestos por el Santander.

¿Por qué interesa al Gobierno, Iberia y Air Europa la operación?

Pero el Gobierno no pondrá trabas al futuro pacto. Todo lo contrario. Como ambas compañías aéreas, consideran la operación estratégica. Una de sus propuestas es entrar como actor de facto en la próxima negociación convirtiendo el préstamo a Air Europa en acciones de participación, permitiendo aliviar en cierta medida la deuda.

La intención es, primero, convertir al aeropuerto Adolfo Suárez- Madrid Barajas de Madrid en un 'hub' intercontinental que pueda competir con otros como el de París o Frankfurt gracias al traspaso de las rutas de Air Europa, que tiene en Latinoamérica uno de sus puntos fuertes. Además, se haría con el 70% del tráfico aéreo nacional. Lo segundo es aprovechar la flota de aviones de Air Europa para adentrarse en el continente asiático. Todo ello beneficiaría a ambas aerolíneas y al Estado, con dos empresas turísticas punteras.

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