El síndrome que provoca preparar unas oposiciones: qué hacer para afrontarlo

Preparar unas oposiciones es una tarea que exige un esfuerzo mental y físico a la vez que genera emociones que afectan no solo al opositor, sino también a su entorno. Existen claves para poder opositar de una forma saludable.

Opositora estudiando
Joven preparando oposiciones Envato
Fernanda Lencina

Toda persona que decide presentarse a unas oposiciones en España sabe que se expone a una etapa de su vida en la que deberá realizar un esfuerzo extra no solo físico sino también mental. Opositar no es fácil, puede perjudicar la salud del opositor, generando estrés o ansiedad, entre otros síntomas.

El conjunto de los sentimientos y sensaciones que los opositores pueden sentir durante su preparación pueden derivar en lo que se conoce como síndrome del opositor. La presión por la gran responsabilidad que conlleva, el compromiso, y las renuncias a las que se verán expuestos para lograr su objetivo los hace vulnerables.

¿Qué es el síndrome del opositor?

El síndrome del opositor es un desorden psicológico que influye en la capacidad de sentirse bien consigo mismo debido al gran esfuerzo que le demanda a la persona afrontar las situaciones y emociones relacionadas con una oposición.

La mayoría de los opositores sufren una serie de síntomas comunes que tienen que ver con este esfuerzo y con la incertidumbre de la espera de un resultado que no es inmediato, sumado a un proceso largo y difícil que requiere estar saludable. Pero además hay que estar mentalizado para el éxito y para el fracaso.

Estos son los síntomas para detectar el síndrome del opositor

Conocer los síntomas que sufre una persona que padece el síndrome del opositor, servirá para poder prevenirlo e incluso tratarlo si ocurre. Además, pude ser de gran ayuda para familiares y amigos que también se encontrarán afectados e implicados en el proceso. Esta es una guía de señales a las que hay que estar atentos.

  • Dudar de uno mismo: el opositor se cuestiona reiteradamente si es capaz de opositar, si puede ceñirse al plan establecido, si merece la pena el tiempo que invertirá, si el resto de estudiantes están mejor preparados, etc.
  • Sensación de que ‘nunca se alcanzan las expectativas’: la persona siente que a pesar de que se esfuerce nunca será suficiente, un estado que le produce insatisfacción constante y que se prolonga durante toda la etapa de estudio. A esto también se asocia la culpa.
  • Estrés y ansiedad, incluso con momentos de depresión: el miedo a no aprobar o a lo que puede pasar en el futuro, tiene una preocupación constante, con muchos pensamientos en su cabeza al mismo tiempo. Se encuentran desbordados por todo lo que tienen que estudiar y comprender en un límite de tiempo determinado.
  • Se sienten solos: para estudiar deben aislarse de toda distracción y eso hace que pasen largas horas en soledad para poder concentrarse. Esto hace que las relaciones humanas también se vean afectadas debido a que ya no se puede compartir con amigos o familia como antes. El entorno, en este caso, también se ve afectado.
  • Ánimo cambiante: por la frustración o por estar enfocado solo en un aspecto de su vida
  • El cuerpo también lo siente: lo físico se ve afectado también por la aparición de síntomas como dolores de estómago, cabeza, insomnio, dolor en pecho o contracturas, producto de estar muchas horas inactivos y en modo sedentarios.

Consejos para afrontar una oposición saludable

El síndrome del opositor y sus síntomas pueden prevenirse si desde el comienzo el opositor incluye en su rutina de estudio y formación algunas acciones que le permitan ‘descomprimir’ la tensión y sentimientos antes mencionados. Los expertos aconsejan:

  • Prestar atención a la calidad de horas que se dedica al estudio y no tanto a la cantidad. Es importante plantearse objetivos reales, posibles de cumplir y no grandes retos que lo único que generarán es frustración al no poder alcanzarlos.
  • Aprender a cortar el estudio cuando se sienta que ya no es eficiente, de lo contrario la autoexigencia llevará a la renuncia.
  • Hay que tomar la dimensión de que el opositor no es solo una persona que está preparándose para un examen sino que es más que eso y que el resultado no lo condiciona para continuar con su vida.
  • Hacer ejercicio, mantener el cuerpo tan activo como la mente. Crear una rutina de ejercicios, despejarse y divertirse sin culpas.
  • La confianza en sí mismo es fundamental para no renunciar cuando el estudio se torne difícil y cuesta arriba. El cansancio a veces puede jugar una mala pasada y provocar pensamientos negativos.
  • Intentar que todos los días no sean iguales porque se caerá en la monotonía, y el esfuerzo y dedicación se volverán tediosos durante el tiempo de preparación.
  • Apoyarse en los seres queridos, dedicarles tiempo para oxigenar la mente, para conversar de temas distintos, echarse unas risas y recargar fuerzas para continuar

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