La inflación se dispara hasta el 9,8% en marzo con consecuencias históricas

Los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística constatan una escalada del 2,2% respecto a febrero. El Gobierno responsabiliza en un 73% al primer mes de guerra entre Ucrania y Rusia, pero la estadística lo desmiente.

La inflación se dispara hasta el 9,8% en marzo con consecuencias históricas
Javier Martín

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) han confirmado los peores augurios del Gobierno: la inflación interanual se dispara en este mes de marzo ya al 9,8%, rozando las dos décimas de la barrera psicológica de las dos cifras y que se espera alcanzar con mayor brevedad de lo esperado en un principio. Las severas consecuencias del primer mes de guerra entre Ucrania y Rusia han centrifugado en tan solo un mes un aumento del 2,2% respecto a la estadística de febrero, que se fijó en 7,6%.

Cifras que no se veían desde 1985 y que suponen un retroceso en la recuperación pandémica generadas por un contexto espinoso y repleto de incertidumbre. El conflicto bélico en suelo ucraniano ha supuesto la puntilla para acabar de disparar los precios de las materias primas energéticas, que ya se encontraban al alza por un desequilibrio entre una escasa oferta y una excesiva demanda en la ‘nueva normalidad’.

Ante este panorama, el Gobierno aprobó el pasado martes en Consejo de Ministros su ‘Plan Nacional de Respuesta a la Guerra’ al que destinará 16.000 millones de euros en medidas de apoyo a familias, trabajadores y refugiados; para apoyar el tejido económico; en materia de transportes; de ciberseguridad; y en materia de energía, para abaratar el precio final de la electricidad a hogares y empresas. Entre las acciones más destacadas, se encuentran ayudas al carburante, el aumentos del ingreso mínimo vital y el tope a la subida de los alquileres.

Causas de la inflación

El efecto bola de nieve de las materias primas energéticas se ha hecho enorme, con consecuencias que asfixian a todos los sectores. El recibo de la luz continúa situado en precios prácticamente nunca vistos. Este jueves se pagará a 239,37 euros/MWh. La gasolina y el diésel se acercan a los dos euros, lo que ha puesto en pie de guerra al sector transportes, al borde de la quiebra, con consecuencias en la cadena de suministro nacional: industrias paradas por falta de suministro y faltas de productos en los supermercados.

Además, el Fondo Monetario Internacional se muestra pesimista a corto plazo: “Es probable que la guerra en Ucrania provoque más interrupciones en las cadenas de suministro, lo que podría mantener los costes de envío globales, y sus efectos inflacionarios, más altos por más tiempo”.

Consecuencias de la inflación

El Índice de Precios de Consumo (IPC), que mide la variación de los precios de bienes y servicios, cumple justo un año por encima del 2% objetivo del Banco Central Europeo. Esto está produciendo que aspectos básicos como la vivienda, el alimento y el transporte descuadren las economías a todos los niveles. Pocas veces había sido tan caro hacer la compra, echar gasolina o poner la lavadora. Todo sube, contagiado por el efecto en cadena.

Lo reafirma la inflación subyacente, aquella que no tiene en cuenta la evolución de los componentes más volátiles (energía o los alimentos frescos), que ascendió cuatro décimas este mes, hasta el 3,4%. Nunca había existido tanto trecho entre la inflación y la subyacente.

El INE lo justifica en "subidas generalizadas en la mayoría de sus componentes". Entre ellos, los “precios de la electricidad, los carburantes y combustibles y los alimentos y bebidas no alcohólicas, mayores este mes que en marzo de 2021", que han generado tan solo este mes subidas del 11,5% en la luz, del 8% en los combustibles y del 5,5% en la comida.

Las consecuencias son de alcance general, pero especialmente nocivas para aquellos que cuentan con menores recursos económicos. Según una estimación de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), aquellos con ingresos cercanos a los mil euros deben dedicar casi la mitad a pagar gastos básicos en el día a día.

Es decir, el poder adquisitivo y el nivel de vida mengua. La inflación esprinta a mucha mayor velocidad que la revalorización pactada de las pensiones (un 3,1%) y el alza de los salarios en convenio (el último dato de febrero marca el 2,2%). "Es urgente proteger el poder adquisitivo de las rentas más bajas porque el paquete de medidas aprobado por el Gobierno es insuficiente para este fin", aseguran desde Comisiones Obreras.

La versión del Gobierno, cuestionada

El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a través de la ministra titular de la cartera, Nadia Calviño, culpabilizó en un 73% de estas cifras históricas a la guerra entre Ucrania y Rusia. Sin embargo, los números tumban su versión: los precios llevan subiendo un año.

"No es solo la guerra de Ucrania lo que afecta porque hay factores estructurales que no se han afrontado a su debido tiempo y por los que ahora estamos pagando. No podemos ocultar bajo la capa de la guerra una situación estructural deficiente y preocupante en nuestra economía". explica Eduardo Irastorza, profesor de OBS Business School, a ‘El Mundo’.

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