Austria comienza a preparar a la población ante un apagón a gran escala

Austria prepara a sus ciudadanos para un posible apagón a gran escala que podría llegar a España, aunque los expertos lo ven poco probable.

Austria prepara a sus ciudadanos para un posible apagón a gran escala
Javier Martín

Austria se prepara para un gran apagón. La iniciativa no proviene de colectivos ni sectores reduccionistas o aislados como bien pudieran ser los conspiracionistas, si no del propio Gobierno del país. “La cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo”, afirmó la ministra de Defensa del país, Klaudia Tanner, en mitad del acto oficial preparado exclusivamente para ello y al que acudieron multitud de personas y medios de comunicación.

“Recomendamos urgentemente almacenar alimentos, bebidas y medicamentos esenciales en casa durante al menos 10 días. Una despensa bien surtida no hace daño en la vida diaria y en una emergencia puede resultar vital”, desliza en un comunicado el Ministerio, “en nuestras guías encontrará más consejos y sugerencias, con información concreta sobre generadores de energía móviles, accesorios de generación, suministro de agua y alimentos, sobre cómo cocinar sin electricidad y cómo comunicarse sin electricidad, además de conocimientos básicos sobre primeros auxilios, prevención y médica y seguridad civil en caso de apagón” 

La intención es concienciar durante todo el mes a la población austriaca de que esto es una posibilidad más que probable, la de que la red eléctrica deje de funcionar a nivel general, con todo lo que eso conlleva, y que “no hay que subestimarla” por sus “consecuencias catastróficas”. “Es un peligro real”, afirmó Tanner después de afirmar que esta predicción ha sido minuciosamente estudiada por los servicios militares del país, que poseen inmensos niveles de credibilidad tras acertar en el pasado con otros augurios. 

El manual del apagón austriaco: ¿Qué hacer cuando todo se pare?

Además de los consejos ya mencionados, como hacer acopio generoso de alimentos y generadores supletorios independientes de energía, el Gobierno austriaco ha elaborado una especie de manual que ha puesto a disposición de todos sus ciudadanos donde se ofrecen más instrucciones como el de establecer una red de colaboración vecinal o abastecerse de agua potable, velas, material sanitario o combustible. 

En resumen, todo lo necesario para autoabastecerse, como mínimo, durante dos semanas. Una situación para la que todos los cuarteles militares del país, que deberán garantizar respuesta inmediata y eficaz ante esta situación, ya se están preparando. De hecho, apuntan a que la onda expansiva del apagón eléctrico generalizado que dejaría sin funcionar sistemas informáticos, semáforos, teléfonos, internet o cajeros.

En resumen, todo el motor mundial de vida actual, se extendería a Europa. El teniente coronel Pierre Kugelweis apuntó a esos cuarteles preparados como punto de emergencia para que ambulancias o bomberos siguieran funcionando.

No es la primera vez que Austria acierta con sus predicciones

Este ‘blackout’, que el Gobierno define como una “falla de energía a gran escala durante varios días o varias semanas” es uno de las próximas amenazas que los servicios militares y de inteligencia del país han subrayado en rojo. “Entre los riesgos tecnológicos, el 'blackout', un apagón suprarregional y de larga duración, ocupa un lugar destacado. La probabilidad de que esto ocurra en los próximos cinco años es ahora muy alta”, con causas como fallos técnicos, sobrecargas, desastres naturales o incluso “causas extraterrestres”.

El informe anual ‘Sicher, und Morgen?’, que atisba peligros globales, lo coloca como el segundo más probable en base a los riesgos estudiados. Que allá por 2017, cuatro años antes, predijese la llegada de una pandemia al planeta refuerza su credibilidad, como se ha evidenciado en la respuesta ciudadana. Además, la historia reciente también le respalda: Québec, en 1989, por una tormenta eléctrica sin precedentes, o sin ir más lejos, Alemania, el pasado mes de julio, ya sufrieron un ‘blackout’, aunque a menor escala. El mundo está avisado.

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